En 1999, recién salido de la universidad y sin ninguna experiencia laboral previa, me incorporé como fotógrafo a TEKNOLAND. E ... n aquella época Internet me parecía una moda pasajera, un nuevo reclamo publicitario, pero tuve la suerte de vivir esa peculiar “fiebre del oro” en unas oficinas llenas de color, de música tecno, jóvenes con mucha ambición, nuevos negocios y formas de trabajar. Todo era distinto, fresco y sin jerarquías. Una de mis tareas semanales era retratar a los empleados que entraban de diez en diez cada semana para luego colgarlos en la intranet y que supiesen con quien iban a trabajar. Nunca me imaginé que esas fotos serían el inicio de un proyecto que duraría más de 20 años. Superamos el temido efecto 2000, pero la búrbuja se fue inflando hasta que reventó en 2001 dejando a 500 personas en la calle. Una década más tarde, en 2009, ante la enorme debacle financiera, decido buscar a mis antiguos compañeros para relatar una historia generacional sobre los hijos de la crisis. El paso de adolescentes ambiciosos a “padres primerizos”, bañado por un sentimiento de constante cambio y desorientación ante los bruscos reveses económicos. En 2019, tras una década de smartphones y la aparición del 5G, la revolución tecnológica que supuso Internet es imparable y ha transformado todos los sectores de la sociedad. Decido retomar el proyecto, pero esta vez con la mirada puesta en intentar tomar consciencia de lo que ha supuesto ese cambio, recordar como fue el origen para darnos cuenta de cómo se han alterado los procesos y vislumbrar los retos a los que nos enfrentamos en un futuro basado en la digitalización. Veinte años a veces no son nada, pero estos últimos han supuesto un cambio de modelo económico y social, de las formas de relacionarnos, y han generado el mayor flujo de información de la historia, algo que ha pasado desapercibido y que hemos aceptado sisin dudar, al igual que el paso del tiempo y que las arrugas que van marcando nuestros rostros. read more